Si por motivos laborales, sentimentales o de cualquier otro tipo se viera obligado a instalar su domicilio a miles de kilómetros de distancia del Oso y el Madroño, ¿qué es lo que más echaría de menos sobre el mantel de su mesa? ¿Las aceitunas rellenas de anchoa que tanto le pegan a una cerveza fresquita? ¿Ese bote de Nocilla del que no se conoce depresión que se le haya resistido? ¿El cocido madrileño seguido de la clásica siesta española? ¿Todo lo anterior?
Casi cualquier producto susceptible de despertarle la morriña podrá recibirlo a partir de ahora en su hogar al otro lado de las fronteras patrias en un plazo máximo de cinco días. Sólo tiene que pronunciar las palabras mágicas 'Mamá mándame', o más bien escribirlas juntas en la barra de direcciones de su buscador de internet seguidas de un '.com', y pronto encontrará remedio para esa nostalgia gastronómica sin necesidad de que su progenitora se líe a preparar 'tuppers' y a empaquetarlos para enviarlos por mensajería.
El proyecto empresarial lo ha cincelado un grupo de emprendedores treintañeros que han elegido la localidad de Boadilla del Monte como centro de sus operaciones de almacenamiento y distribución. Sólo con los emigrantes originarios de la Comunidad de Madrid, su público objetivo en el exterior rondaría las 250.000 personas.
«No se trata de vender productos, queremos ofrecer sensaciones, recuerdos, experiencias...», explican Alejandro Casanova e Izaskun Uncilla, socios principales del proyecto y conocedores en primera persona del regusto de la nostalgia: «Hemos vivido mucho tiempo fuera de España y al final la familia y los amigos te visitan o te conectas con ellos por skype, pero la comida es algo que se echa mucho de menos».
Tres categorías
En la web con la que tratan de remediar esta carencia la oferta se distribuye en tres categorías: 'De esto no tienen allí', que incluye artículos tan típicos como el aceite de oliva, el arroz bomba, la horchata y el membrillo; 'La cocina de Mamá', que engloba los productos denominados de quinta gama (platos caseros de calidad y no meros artículos enlatados, desde carrillera de ternera hasta bacalao al ajo arriero); y los packs, que aportan un descuento reseñable a la cesta de la compra.
El 'Erasmus', por ejemplo, ofrece a los universitarios que estudian con estas becas en algún centro de la Unión Europea la posibilidad de darse un festín de jamón, chorizo, salchichón, fuet, chocolate, Cola Cao, alubias, lentejas, fabada, paella y fideuá por 69,95 euros, más gastos de envío.
Además, los responsables de 'Mamá mándame' preparan cestas específicas de temporada o propuestas concretas con la excusa de algún evento de interés; como el 'Pack Podemos', con gorra y bandera de la selección española incorporadas, para poder animar a La Roja durante la Eurocopa sin renunciar a hacerlo frente a un plato de lomo ibérico de bellota o unos filetes de anchoa.
200 productos
«De momento hemos empezado con unas 200 referencias que trataremos de ir ampliando, pero con cuidado», apunta Casanova. Dicho con otras palabras: «Con productos españoles que tengan capacidad de envasado y que entren dentro del concepto de nostalgia». «No buscamos un posicionamiento gourmet, primero porque ya hay mucha oferta y, sobre todo, porque lo que queremos es transmitir calidez», puntualiza.
'Mamá mándame', un proyecto gestionado por la empresa Nostalgia Spain en el que también participan el creativo Óscar Llorens y el productor web Juan Searle, se ha estrenado hace apenas un mes ofertando envíos a todos los países de la Unión Europea, donde han fijado su domicilio la mitad de los españoles emigrantes. El salto a la comercialización en otros continentes tendrá EEUU como primera parada, donde se creará un almacén central desde el que se distribuirán los pedidos.
Los ideólogos de la web estiman que sus clientes estarán en la franja de entre 25 y 45 años y desempeñarán trabajos de alta cualificación con una remuneración elevada para los estándares españoles. También creen que acabarán juntándose con otros amigos para realizar pedidos conjuntos y poderse beneficiar así de descuentos y, por una cuestión de pálpito, que serán más hombres que mujeres los que tratarán de curarse la morriña gastronómica en el extranjero con unos callos, un bote de leche condensada o casi cualquier producto que añoren.
via: elmundo.es